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jueves, 6 de agosto de 2009

El peso de las pesas

Cuando me pongo a pensar en la vida humana, no puedo separarla de lo que se convierte en la vida social, en lo que la gente espera de otras personas y de los estereotipos sociales, veo y a veces desde muy cerca los problemas de salud acarreados por esta sociedad como podrían ser la anorexia, los complejos, los trastornos nerviosos, la bulimia y otras condiciones que sólo se dan cuando estamos en el contexto de la "Sociedad Contemporánea".

Para el ser humano de hoy, se marca una línea muy clara en lo que es la imagen, sí, la imagen lo dicta todo en los tiempos modernos (y en el pasado): si eres delgad@, nalgón o nalgona, tienes buenos bíceps, guap@, sonrisa colgate (dientes derechos blancos y radiantes), traes buen coche, traes buen@ chav@ y hasta si te educaste (aunque parezca broma) en la del Valle, la Anáhuac, el TEC o el IPADE, todas esas cosas son bien aceptadas por la mayor parte de nuestros semejantes, hasta parece que realmente son importantes en este u otro contexto, en este estado de cosas o nos adaptamos o morimos, lo único importante para esta actualidad voraz y consumista es lo que ella quiere, no importa lo que tengas que hacer para conseguirlo.

Todo esto llegó a sazón de la historia que estoy por contar:

Sahorus era un joven mexicano (pero puede ser de cualquier parte del mundo) de apenas 16 años, cuya infancia era como la de muchos niños: la TV por maestra, padres trabajadores, gordito, baja autoestima y por tanto tímido y aislado, pues bien, Sahorus a sus tiernos 16 fue bombardeado por la campaña de la revista ERES EDICION ESPECIAL ELLOS, en la cual hablaba de que el hombre podía ser guapo a pesar de ser feo, podía ponerse "mamey" y tener a la chica de sus sueños. La revista se vendió como pan caliente entre todos los jóvenes, tanto que la edición especial se siguió vendiendo por meses.

Pero como esta no es historia de estrategias de mercadotecnia sigo con lo principal, Sahorus se emocionó con la idea de ser atractivo para las muchachas, ¡cómo no! si era eso de lo que pedía su limosna, con esto en mente comenzó a hacerse de las herramientas que el manual de ERES le indicaba: pasta de dientes, jabón, un juego de mancuernas con 4.5 kg de peso c/u, una cuerda para saltar, un perfume Drakkar Noir (¿o será Naco Negro?), sus cremas para la piel, y hasta se fue a perisur a comprar su ropita de marca (sin importar si sus papás tenían o no dinero), pues eso era signo de que era un joven moderno, literalmente cualquier chica podía fijarse en él.

Sahorus, cándido como era se puso manos a la obra, quedó bañado y peinado, caga'o, con los dientes limpios y con unos jeans con parchecitos en las bolsas que tanto gustaba a los chicos de la época, lo único que faltaba era ponerse bien mamey para rematar a las pobres féminas que se cruzaran en su camino, como ya dije antes, Sahorus fue un niño regordete que con la adolescencia
creció y bajo de peso pero sus incipientes brazos no crecieron pues como era aislado no practicaba deportes ni tenía amigos, pero él comenzó a hacer ejercicio con su par de mancuernas, hacía lagartijas, trotaba estáticamente y otras maromas que se explicaban con fotos de chavos fuertes y con su abdomen de lavadero (como todos los jóvenes mexicanos, por supuesto).

El chico esperaba aumentar el diámetro de sus brazos en el lapso de un día, de una semana de un mes, pero el tiempo seguía pasando y nomás no veía resultados, así el descreído muchacho dejó de hacer su ejercico de pesas y otros, pues no vió resultados.

5 vueltas al sol se sucedieron desde que Sahorus abandonó las pesas y todo lo que en la biblia de ERES había aprendido, hasta que nuevamente fue una chica la que lo animó a volver a las pesas, pues le tentó el amor propio al pedir lo que tantas nos piden: una flexión de bíceps, él no supo cómo reaccionar, su inseguridad le impidió mostrar sus atributos. Desde ese día anduvo pensando en qué hacer para no volver a pasar por esa pena, el chico recordó que tenía unas mancuernas por allí guardadas, muy llenas de polvo pero aún servían y se puso desde una noche funesta a hacer ejercicio
(en su dormitorio) como loco , como enajenado, llegaba de la facultad a las 11:30 de la noche, cenaba algo y a hacer ejercicio hasta la 1 de la madrugada o más tarde, todo dependía del camión que lo llevaba a casa y que con este deficiente sistema de transporte siempre tenía que esperar mucho.

Con él tiempo logró su objetivo de ponerse mamey (ahi dos dos), pero ya no era por los mismos motivos que lo incitaron en el comienzo, no, esta vez tenía el propósito de vivir sanamente y sin complejos, de lograr un propósito integral de alimentación-ejercicio-descanso, libre de sustancias nocivas o ayudas farmacéuticas, alimentando cuerpo y alma, al primero con proteínas, carbohidratos y grasas (en diferentes proporciones) y sus suplementos, al segundo con una fé que va más allá de cualquier iglesia, de cualquier doctrina y de un amor por el creador que no necesita de hombres santos para llegar a él.

El peso de la imagen en esta actualidad tan deformada ocupa la mayor parte de la vida, lo verdaderamente valioso no está en cómo nos ven las personas, si eres médico, nutriólogo, químico u otro especialista, entonces sabrás que hay una herencia en tus genes, un potencial máximo en la células, tú no eliges a tus padres, Dios los elige para que seas exactamente como eres, tu somatotipo marcará si eres atlético con facilidad, si eres gordito o muy delgado pero la fuerza que late en tu corazón convertido en el amor de Dios, esa fuerza es la que importa y la que en realidad no debes abandonar, si haces ejercicio, lo harás para estar sano y la imagen llegará después, si comes será para alimentar tu cuerpo y lo harás de acuerdo a tus actividades y necesidades, no a que tus amigas comen poquito y por ello están delgadas, desecha para siempre ese miedo a ser tú y a seguir lo que esta sociedad vacía exige y grita: "DEJA DE SER TU Y SÉ UNO MÁS", tú eres algo más que tu cara, tu cuerpo, vales realmente por tus ideas, tu inteligencia o tu interés por los demás, vales no por que eres "merca" del TEC o un "mosh" de la UNAM (que quizá lo seas), vales porque eres feliz con lo que logras con tu trabajo (físico o mental) de una manera correcta, no vales porque tienes un ipod que te compró tu papá o que le robaste a un fulano en el metro, eres valioso porque estás consciente que tu vida y tus actos son justos, porque sabes que hay un equilibrio en el universo y que nunca pierdes y nunca ganas, solo tienes lo que has trabajado realmente en cuerpo y alma.

Ahora que te he dicho esto, espero que no creas que tu amigo (o tú mismo) es lo máximo porque estudia en tal o cual escuela y porque sus papás o él mismo se compró un mustang 2010 super fregón que es un imán de chavas, no carnal, valora a tu amigo porque quiere ayudar a alfabetizar a sus semejantes (si se puede, a Calderón, el Peje o a Carstens de perdis) o porque ayuda a sus padres a asear su cuarto sin que ellos se lo pidan, porque es un chico sano y que no disfruta placeres prohibidos.

No te pido que seas más papista que el Papa, sólo te pido que vivas la vida sanamente y considerando que siempre tus decisiones afectarán positiva o negativamente a otros , que lo que HOY hagas a tu cuerpo y espíritu algún día tendrás que dar cuentas, como creaturas mortales, tenemos un ciclo y hay que extenderlo para vivir de lo mejor.